Como la familia, la escuela, la comunidad y los medios de comunicación influyen en la construcción social de roles, estereotipos y prejuicios.
Los nuevos roles de la familia en la construcción de un hogar respetuoso del derecho de los demás ciudadanos/as, no es solo una responsabilidad de la mujer como hace algún tiempo se creía y afirmaba. La familia es la referencia básica y la primera instancia de socialización entre las personas y por ende de formación. En el entorno familiar se aprenden las normas de conducta, los hábitos, valores y formas de comunicación bases de la convivencia humana. La familia es la principal transmisora de las actitudes, valores, comportamientos y practicas que conforman la identidad humana social y cultural de las personas y la regla de cómo comportarse. Los modelos que aportan padres y madres se convierten, en los valores, actitudes y comportamientos generalmente construidos sobre mitos, estereotipos y prejuicios, amparados en una visión tradicional y arcaica de cómo ser persona y estos se transforma en las reglas del juego que se asumen en el contexto familiar. Los roles que se asumen en función de las relaciones familiares que se establecen, basadas en las expectativas y exigencias atribuibles al género, son importantes, que determinan y afectan el perfil y la identidad de los dependientes. Esto es el resultado del aumento de cambios sociales-económicos que han puesto al padre ante una posición de responsabilidad distinta y por el aumento de cifras de padres solteros, especialmente en los países de occidente, por múltiples circunstancias, por decisión propia, por decisión forzada, por una transición lenta, inesperada o repentina. Por otra parte, el tema de paternidad siempre ha estado latente en los escritos sobre la familia, especialmente en los de corte feminista.
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